Pese a lo que pueden ser mejoras de precios al compararse contra lo que pasaba hasta diciembre, el acceso al mercado inmobiliario sigue presentando fuertes dificultades en la ciudad. La actualización llega al 190 y pico ó 200% y hay gente que no puede pagarlo.
El mercado inmobiliario comodorense continúa adaptándose a los alcances de la desregulación fijada por el DNU 70, que elimina la ley de alquileres y liberó a las partes para negociar plazos y formas de actualización. En línea con los dichos de otros corredores locales en las últimas semanas, en esta oportunidad Santiago Ruiz dio su opinión para referir que hay una mejora en la oferta de unidades de alquiler, con tendencia a una mejora de precios de esas viviendas.
“Hubo un primer momento, cuando recién salió el DNU y apareció inmediatamente más oferta de viviendas. Si en Comodoro había 4 departamentos para alquiler, de pronto había el doble -dijo Ruiz, que conduce la inmobiliaria del mismo nombre es la red Remax-. Sin embargo, en ese momento los precios eran muy altos, acordes a la inflación”.
Ahora, pasados ya 3 ó 4 meses desde la desregulación, continuó evaluando el corredor inmobiliario, “nosotros notamos que hay más oferta. Y los precios bajaron un poco. Por ejemplo, un departamento de un dormitorio, cuando recién salió el decreto, se pedía entre 250 y 300 mil pesos, pero después hubo bajas de entre 10, 15 y hasta 20% en los precios. Si no, quedan dos o tres meses sin alquilar”, explicó, en diálogo con ADNSUR.
Paralelamente, el mismo referente reflejó que hay situaciones donde las viviendas se vacían porque los inquilinos no pueden seguir el ritmo de actualización, en especial en los contratos que todavía se rigen por la ley anterior y deben renovar contrato con la inflación acumulada en el último año.
VOLVER A LA CASA DE LOS PADRES Y ALQUILAR CON DESCONOCIDOS
Pese a lo que pueden ser mejoras de precios al compararse contra lo que pasaba hasta diciembre, el acceso al mercado inmobiliario sigue presentando fuertes dificultades, en una ciudad caracterizada por la alta demanda de viviendas familiares y una oferta ampliamente superada. Ruiz refirió además otras situaciones que no eran muy comunes:
“La actualización llega al 190 y pico ó 200% y hay gente que no puede pagarlo. Muchos se van a la casa de los padres, o incluso se está dando algo que se ve mucho en Buenos Aires, en el que gente sin vínculos familiares entre sí, como pueden ser compañeros de trabajo, se pone de acuerdo, entre dos o tres, para compartir el alquiler de un departamento”.
El corredor refirió que esta situación es bastante nueva para la ciudad, aunque recordó la época del ‘boom’ petrolero, entre 2003 y 2005, cuando llegaba gente trasladada a la ciudad para trabajar en esa actividad y compartían viviendas durante un tiempo, hasta acomodarse.
“Esto no es un tema del precio, sino que hay que mirarlo desde el otro lado -sugirió Ruiz-. El sueldo de la gente es lo que no subió al mismo ritmo que todo lo demás, que se fue a las nubes. Entonces, por ejemplo, un empleado de comercio que cobra 350 mil pesos y alquilaba un departamento a 80 ó 90 mil pesos, pero le subió a 200 mil pesos, ahora no le alcanza para seguir pagando ese alquiler y tiene que dejar esa unidad”.
En ese marco, detalló que hay un fenómeno en el que se dejan las unidades en las zonas más caras y se busca alternativas en los barrios. “Siempre son más caras las zonas con más servicios -evaluó-. La gente vuelve ahora a los barrios más alejados, el Juan XXIII, las zonas más lejanas del Pueyrredón, adonde hay viviendas con un pequeño departamento construido en la parte de atrás”, graficó.