Un insólito y polémico caso se resolvió en la Justicia de Familia de Cipolletti. Un hombre fue declarado padre de un niño luego de intentar por todos los medios evitar la prueba de ADN. No solo se negó a realizarse el examen, sino que también ocultó el paradero de la tumba de su madre, cuyo material genético podría haber sido clave para confirmar la filiación.
NEGACIÓN, HUÍDA Y TUMBA DESCONOCIDA
La madre del niño inició la demanda cuando su hijo tenía siete años. Según relató ante la Justicia, el demandado la acompañó durante el embarazo, asistió a controles médicos y hasta estuvo presente en el parto. Sin embargo, cuando llegó el momento de reconocer legalmente al bebé, desapareció sin dejar rastro.
Durante el juicio, la Defensora de Menores pidió una prueba de ADN con muestras de los abuelos paternos. El abuelo aún estaba con vida, pero su material genético no fue suficiente para un resultado concluyente. La abuela ya había fallecido, por lo que se ordenó identificar el cementerio donde estaba enterrada para exhumar su cuerpo y obtener ADN.
Pero el demandado no se lo puso fácil a la Justicia. No solo se negó a someterse a la prueba de ADN, sino que además ocultó la ubicación exacta de la tumba de su madre, evitando así que se realizara el análisis. Su actitud dilató el proceso, pero no evitó el fallo.
EL JUEZ NO LE CREYÓ Y LO DECLARÓ PADRE
Pese a la estrategia del demandado, el juez de Familia tomó una decisión contundente: resolvió la filiación basándose en otras pruebas contundentes. Entre ellas, un test de ADN privado que el propio acusado se había realizado y que dio positivo, aunque luego intentó desconocerlo.
Además, el magistrado aplicó una presunción legal que pesa sobre aquellos que evitan las pruebas genéticas, interpretando su negativa como una admisión implícita de la paternidad.
La sentencia ordenó la inscripción del niño como hijo del demandado en el Registro Civil, aunque sin modificar su apellido. Como el hombre sigue desaparecido, el fallo se notificó mediante edictos en el Boletín Oficial.