Aunque las largas esperas en los pasos fronterizos como Cardenal Samoré y Pino Hachado podrían parecer una mala idea para disfrutar el fin de semana largo, miles de turistas eligieron aprovechar los días de descanso para cruzar a Chile. El objetivo: hacer compras a precios mucho más bajos que en Argentina, aun si eso significaba pasar horas en la ruta e incluso quedarse varados hasta el día siguiente.
Esta situación no fue exclusiva de los principales pasos. En lugares como Mamuil Malal también se vivió un importante colapso vehicular desde el comienzo de la Semana Santa.
Las imágenes muestran filas interminables de autos y una cantidad de viajeros que supera ampliamente la capacidad operativa de los organismos encargados del control fronterizo, como la Aduana y Migraciones.
Durante el jueves, la ruta 60 estuvo colmada de familias esperando continuar su viaje. El flujo turístico fue tan intenso que generó demoras en todos los cruces hacia el país vecino. Desde las autoridades se recomendó a quienes piensan cruzar estar bien preparados: llevar alimentos, agua, la documentación al día y mucha paciencia.
Además, se insiste en consultar previamente el estado de los pasos fronterizos, ya que algunos, como Mamuil Malal, tienen horarios limitados de atención (en este caso, de 9 a 19).
Pino Hachado, por su parte, ya presentaba al mediodía del jueves una fila de aproximadamente 300 vehículos, según informaron fuentes oficiales.
Carlos Cruz, director de Protección Civil de la provincia de Neuquén, confirmó que, si bien el clima y el estado de las rutas eran buenos, las demoras obedecían a la gran cantidad de viajeros que eligieron ese día para cruzar.
Aunque el Jueves Santo no fue feriado, sí se considera un día no laborable, lo cual, sumado a la suspensión de clases, impulsó a muchas familias a planear una escapada a destinos como Pucón o Temuco. En general, quienes cruzan lo hacen con un fin claro: aprovechar los precios convenientes en ropa, calzado y productos tecnológicos.