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¿Conviene invertir en propiedades o en activos financieros? Lo que rinde más hoy, según los expertos

 En un contexto de fuerte volatilidad internacional, impulsado por la incertidumbre económica y nuevas medidas arancelarias impuestas por Estados Unidos a la mayoría de los países, los inversores comienzan a preguntarse: ¿dónde conviene poner el dinero hoy? Mientras las acciones, los bonos y las criptomonedas atraviesan semanas de caídas, el real estate vuelve a aparecer como una alternativa sólida para proteger el valor de los ahorros.

“La mayoría hoy busca seguridad y resguardo del valor”, asegura Jonatan Kon Oppel, especialista en finanzas personales. “Los activos más riesgosos sufrieron una fuerte retracción, mientras crecía el interés por inversiones conservadoras”.

EL LADRILLO COMO REFUGIO: ¿CUÁNTO RINDE HOY UN ALQUILER?

Según datos de Zonaprop, en marzo la rentabilidad bruta del alquiler en CABA alcanzó el 5,26% anual, lo que representa una mejora respecto al año anterior, cuando se requerían 21 años para recuperar la inversión inicial. Actualmente, ese plazo bajó a 19 años. Algunos barrios del sur porteño como Lugano y Nueva Pompeya ofrecen retornos del 8% anual, seguidos por el Parque Avellaneda con un 7,5%.

“Hay zonas donde la combinación de precios de compra bajos y alta demanda de alquiler empujó fuerte la rentabilidad”, explica a La Nación Ezequiel Wierzba, CEO de Clicks Aparts. “Elegir bien la zona y el tipo de propiedad puede marcar una gran diferencia para quien busca ingresos mensuales estables”.

En números concretos, el alquiler promedio mensual en marzo fue de $509.943 para un monoambiente, $604.905 para un dos ambientes y $813.274 para un tres ambientes.

BIENES RAÍCES VERSUS INVERSIONES FINANCIERAS

Históricamente, el ladrillo fue considerado un activo seguro, sobre todo en contextos de inestabilidad. “Los propietarios que habían decidido vender por la ley de alquileres derogada ahora vuelven a alquilar, viendo más estabilidad y rentabilidad en el inmobiliario”, señala Soledad Balayan, analista inmobiliaria y titular de Maure Inmobiliaria.

A pesar de eso, Jonatan Kon Oppel advierte que la rentabilidad real de los alquileres, luego de descontar gastos de mantenimiento, impuestos y comisiones, puede ser más baja que la esperada. “Mientras tanto, los bonos corporativos argentinos rinden entre un 7% y 8% anual en dólares, y los soberanos más del 10%”, indica.

Los activos financieros permiten mayor flexibilidad: podés entrar y salir con menores costos, diversificar con montos bajos y acceder a mercados internacionales. “No podés vender el 3% de un departamento, pero sí de un bono o acción”, explica Kon Oppel.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE CADA OPCIÓN

El ladrillo ofrece un ingreso mensual constante y la posibilidad de resguardar el capital frente a la inflación. Sin embargo, tiene barreras altas de entrada y salida, y requiere mayor capital para diversificar.

Por otro lado, los instrumentos financieros permiten diversificación global, liquidez inmediata y rendimientos competitivos, aunque con mayor volatilidad en el corto plazo. Según Kon Oppel, “a largo plazo, las carteras diversificadas siempre protegieron y crecieron el valor de los ahorros, incluso en crisis”.

LA CLAVE DEL DÓLAR Y LA FINANCIACIÓN

La volatilidad cambiaria sigue siendo un factor crítico en el mercado inmobiliario argentino. Dado que las propiedades se negocian en dólares y los créditos hipotecarios se otorgan en pesos, cualquier suba del dólar puede alejar a potenciales compradores. No obstante, si el tipo de cambio se mantiene estable y los valores en dólares de las propiedades no suben, el salario en pesos puede ir ganando terreno relativo.

Ramiro Juliá, CEO de Americas Capital, proyecta un nuevo ciclo de crecimiento moderado para el sector inmobiliario. “Los activos Core sin apalancamiento pueden dejar un 6-7% anual, y hasta un 10% si se utiliza crédito. El mundo se refugio en oro, pero en Argentina el refugio sigue siendo el ladrillo”, sostiene.

Aunque los bonos y acciones ofrecen mejores rendimientos brutos en dólares, el real estate mantiene su atractivo como activo tangible, con ingresos mensuales y bajo riesgo si se elige bien. La elección ideal dependerá del perfil del inversor, sus necesidades de liquidez, horizonte de inversión y tolerancia al riesgo. En tiempos de turbulencia, cada estrategia tiene sus fortalezas: el ladrillo aporta estabilidad y previsibilidad, mientras que el mercado financiero ofrece mayor rendimiento potencial y agilidad.