Banner-cabecera-Cable-Canal

“Tembló todo”: un sismo poco común azotó a Vaca Muerta

 El corazón de Vaca Muerta volvió a temblar. Un sismo de 3,4 grados en la escala de Richter fue registrado en Añelo este jueves a las 9:23, con una profundidad de solo 6 kilómetros, según reportó el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES).

El epicentro estuvo en la misma zona donde ocurrieron dos eventos sísmicos el 25 y 26 de marzo, lo que despertó nuevas alarmas sobre la relación entre los movimientos telúricos y la actividad petrolera en la región.

“SE MOVIÓ EL PISO, FUE TREMENDO”

Los testimonios de los vecinos reflejan la intensidad del sismo. “Se movió la heladera, las ventanas, todo, fue tremendo”, relataron habitantes de Añelo al Observatorio de Sismicidad Inducida. “Fue como si mi casa estuviera arriba de una ola”, contó Ailén, una vecina que sintió el temblor mientras observaba las cámaras de seguridad de su vivienda.

“Primero fue un zumbido, después vibraron las ventanas. Mi hijo sintió que se movía el piso y el televisor se corrió solo”, agregó. Además, algunas casas de material sufrieron daños, mientras que las de madera “crujieron, pero resistieron mejor”.

El ruido del sismo también generó confusión en los habitantes de la zona. “Muchos pensaron que había habido un choque o una explosión”, explicó la mujer.

EL DÉCIMO SISMO INDUCIDO DEL AÑO

Desde el Observatorio de Sismicidad Inducida remarcaron la preocupación por la frecuencia de estos eventos y cuestionaron la falta de regulación en Neuquén. “La inexistencia de legislación sobre la sismicidad inducida, sumada a la ausencia de control estatal en los semáforos sísmicos que usan las petroleras, es una combinación preocupante”, advirtieron en un comunicado.

Según el informe del organismo, de los 15 sismos ocurridos en Neuquén en lo que va del 2025, al menos 10 están vinculados a la actividad petrolera. “La fractura de los pozos en Vaca Muerta y la inyección de agua de flowback explican por qué estos fenómenos son cada vez más frecuentes y afectan zonas donde antes no ocurrían”, aseguraron.

Mientras la actividad extractiva continúa, los habitantes de Añelo viven con la incertidumbre de cuándo será el próximo temblor. “Hace rato no se sentía un sismo así. Me quedó una sensación rara en las piernas, como si todavía estuviera en movimiento”, concluyó Ailén.