El cardenal italiano Angelo Becciu fue condenado en 2023 -durante la gestión del Papa Francisco- por “corrupción y las irregularidades financieras dentro del Vaticano”. Pero previamente, el sumo pontífice ya le había quitado sus “privilegios” en 2020, luego de que trascendieran los primeros rumores sobre corrupción.
Sin embargo, tras el fallecimiento del Papa, volvió a tomar protagonismo en el escenario del Vaticano. Y es que el cardenal solicitó participar en el Cónclave para elegir al próximo líder de la Iglesia Católica, lo que despertó una fuerte polémica.
El cardenal fue condenado a 5 años y 6 meses de cárcel tras comprobarse que había comprado un edificio en el corazón londinense, en Sloane Avenue, una antigua sede de las galerías Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea.
Pero, además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros, como donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento presidía uno de sus hermanos.
La decisión del cardenal de participar en el cónclave fue desistida, según trascendió en las últimas horas. ¿El motivo? Sería una carta que habría dejado el sumo pontífice tras fallecer y con una importante aclaración.
UNA CARTA DEL PAPA FRANCISCO
Según el diario italiano Il Corriere della Sera, Becciu tomó la decisión después que el exsectretario de Estado y uno de los principales “papables”, Pietro Parolin, le mostró una carta de Francisco.
Antes de morir, Jorge Bergoglio escribió un texto en el que dejó en claro su decisión de no dejar participar al condenado cardenal Becciu en el cónclave que deberá elegir al nuevo pontífice.
Incluso, el diario Domani dijo que en realidad son dos las cartas que dejó Francisco sobre el caso, una escrita en 2023 y otra en febrero pasado. Ambas misivas insistían en que Becciu no podía participar de la elección.
Según el periódico, uno de las más leídos en Italia, Becciu habría entendido que para enfrentar esta decisión sería necesario enfrentar a la misma voluntad del papa Francisco y habría aceptado dar un paso atrás “por el bien de la Iglesia”.
La prensa italiana dijo que Becciu dejó en claro que su decisión no signfica una admisión de culpabilidad, sino evitar dañar a la Iglesia. El cardenal sostiene que detrás de su condena hay un complot.
La decisión se decantó tras una reunión celebrada este lunes en la que habrían participado el propio cardenal, un grupo de sus allegados y otros cardenales, según el diario La Repubblica. De haber insistido en su decisión de asistir a la Capilla Sixtina, los demás purpurados habrían tenido que votar y tomar una decisión final.