En un hecho que generó profunda preocupación y tristeza en la comunidad de Santiago del Estero, dos pastores protagonizaron una violenta pelea dentro de un templo religioso, un lugar que debería ser símbolo de paz, refugio y convivencia armoniosa para los fieles, sin importar la religión que profesen.
Lo ocurrido no solo quebranta la esencia espiritual del espacio, sino que también pone en evidencia tensiones y conflictos que, lamentablemente, pueden surgir incluso en ámbitos dedicados a la fe y la reconciliación.
La noche del altercado tuvo lugar en un templo local, donde un grupo de fieles se encontraba reunido para una ceremonia o reunión habitual. Según los videos difundidos por los mismos asistentes, la situación comenzó con un intercambio verbal acalorado entre dos pastores, quienes, lejos de resolver sus diferencias con diálogo, elevaron la tensión hasta llegar a las agresiones físicas.
Uno de los pastores acusó al otro con una frase contundente: “Te merecés una denuncia por amenaza de muerte”, lo que evidenció la gravedad del conflicto entre ambos líderes religiosos. La respuesta no se hizo esperar: “¿A mí me vas a denunciar?”, replicó el otro pastor, en un tono desafiante que anticipaba la escalada de violencia.
LA VIOLENTA PELEA ENTRE DOS PASTORES EVANGÉLICOS
Lo que siguió fue un momento de gran conmoción para los asistentes: uno de los pastores tomó un “fierro” —según se observa en las imágenes— y golpeó al otro, desatando una escena de caos y miedo. La reacción de los presentes fue inmediata; intentaron contener al agresor para evitar que la pelea se intensificara. Entre quienes intervinieron se encontraba incluso el hijo del pastor agresor, quien trató de calmar la situación y proteger a su padre.
Este episodio de violencia dentro de un espacio sagrado no solo sorprendió a los fieles, sino que también generó un profundo malestar en la comunidad, que esperaba encontrar en las iglesias y templos un refugio para la espiritualidad y la paz.
Ante la gravedad del suceso, las autoridades policiales se presentaron rápidamente en el lugar para restablecer el orden y garantizar la seguridad de los asistentes. La intervención fue clave para evitar que el conflicto escalara aún más y para proteger a quienes presenciaron la pelea.
Además, la Justicia tomó cartas en el asunto y dictó una medida cautelar que prohíbe a los pastores involucrados acercarse al templo hasta que se esclarezcan las causas y circunstancias que motivaron semejante acto de violencia. Esta decisión busca preservar la tranquilidad del lugar y evitar que nuevos incidentes perturben la convivencia pacífica de la comunidad religiosa.