La noche del domingo en barrio Betania, en la periferia sudeste de Córdoba capital, se tiñó de violencia. Todo comenzó con una disputa aparentemente menor: un hombre de 65 años le reclamó a su vecino porque el hijo de este último había estacionado el auto en la puerta de su casa, bloqueando el ingreso. Lo que podría haber sido un simple intercambio de palabras escaló rápidamente hasta volverse incontrolable.
Según informaron fuentes policiales, tras la discusión verbal, el dueño de la vivienda tomó un machete y atacó brutalmente al padre del joven, de 64 años, cortándole parte de la oreja y causándole una herida de 15 centímetros que abarcó el oído, el maxilar y la mejilla del lado superior izquierdo. La víctima fue trasladada de urgencia al Hospital Florencio Díaz, donde quedó internada en observación.
El agresor también debió recibir atención médica por traumatismos leves y un golpe en el brazo izquierdo, antes de ser detenido y puesto a disposición de la Justicia. La policía secuestró el machete utilizado en el ataque. El hecho dejó al barrio conmocionado y reabrió el debate sobre la escalada de violencia en los conflictos cotidianos entre vecinos.
“No nos podemos acostumbrar a que, por una discusión entre conductores, alguien se baje y castigue a otro a machetazos”, expresó una vecina de 75 años, reflejando el estupor y la preocupación generalizada en la zona.
EL RECLAMO POR LA MÚSICA QUE TERMINÓ EN UN SALVAJE ATAQUE EN EL BOLSÓN
Un hecho similar, pero aún más insólito, ocurrió en El Bolsón, Río Negro, el pasado 20 de enero de 2025. Allí, un hombre de 33 años fue víctima de una brutal agresión cuando se acercó a la casa de sus vecinos para pedirles que bajaran el volumen de la música, que le impedía dormir la siesta. La reacción fue desproporcionada: tres personas cruzaron el cerco y lo atacaron a machetazos.
La víctima perdió el conocimiento durante el ataque, sufrió graves lesiones en la cabeza y cortes en los brazos al intentar defenderse. Fue trasladado de urgencia al hospital zonal, donde los médicos constataron la gravedad de las heridas. Además, los agresores destrozaron un auto que estaba en la casa del denunciante.
La justicia local inició una investigación por los delitos de lesiones graves con uso de arma blanca y violación de domicilio. Testigos aseguraron que el pedido del vecino fue pacífico y que no hubo provocación previa, lo que aumenta la conmoción en el barrio.
Ambos casos, ocurridos con apenas días de diferencia, exponen una preocupante tendencia: la incapacidad de resolver desacuerdos cotidianos sin recurrir a la violencia extrema. Ya sea por un auto mal estacionado o por el volumen de la música, la respuesta de algunos vecinos fue desproporcionada y brutal, dejando heridos graves y comunidades en estado de alerta.