El jurado popular encontró responsables a tres efectivos por tortura seguida de muerte y a una agente por omisión dolosa de impedirla. La víctima había sido brutalmente golpeada mientras estaba detenida en la Comisaría 45 de la ciudad de Cipolletti.
En un fallo histórico y por unanimidad, el jurado popular declaró culpables a los cuatro policías imputados por el crimen de Jorge Gatica, ocurrido en la comisaría 45 de Cipolletti. La víctima había sido detenida y, según la investigación, fue torturada hasta la muerte mientras estaba bajo custodia estatal.
Los efectivos Walter Denis Carrizo, Jorge Luciano Sosa y Alcides Vilmar Quintre fueron hallados responsables del delito de tortura seguida de muerte. Por su parte, Andrea del Carmen Henríquez fue encontrada culpable del delito de omisión funcional dolosa de evitar la tortura seguida de muerte, al no haber intervenido para impedir la agresión letal.
Una deliberación cargada de tensión
El juicio culminó este jueves tras varias jornadas de testimonios y alegatos. Desde las 9:20, los doce integrantes del jurado escucharon los argumentos finales de las partes y las últimas palabras de los imputados. Al mediodía, el juez les leyó las instrucciones y les solicitó deliberar entre tres opciones: la culpabilidad por tortura seguida de muerte, una figura penal menor por omisión, o la absolución.
Pasadas las 19 horas, la presidenta del jurado leyó el veredicto en una sala colmada. La decisión fue unánime en los cuatro casos.
“Una persona llegó viva y salió muerta”
Durante los alegatos, el abogado querellante Rubén Antiguala expresó con dureza: “Una persona llegó viva y salió muerta”, en referencia a la detención de Gatica. El letrado denunció la existencia de un “punto ciego” en las cámaras de seguridad y remarcó que todos los imputados estaban presentes durante las torturas. Además, destacó el testimonio de una vecina de la comisaría que escuchó gritos, lo que para la querella evidenciaba la brutalidad de lo ocurrido.
Antiguala enfatizó que, por su formación policial, los acusados sabían perfectamente cómo golpear y cómo ocultar sus actos, desmintiendo cualquier argumento de improvisación o error. “No hubo remordimiento ni intención de detener la violencia”, concluyó.
Por su parte, el segundo querellante, Iván Chelia, en representación de la madre y la pareja de la víctima, sostuvo que tanto Carrizo como Henríquez también fueron responsables por acción u omisión. “Como policías, tenían el deber legal y moral de actuar. No lo hicieron. Esa omisión también mata”, afirmó.
Un caso que marca un precedente
La condena a los cuatro efectivos sienta un precedente relevante en materia de violencia institucional en la región. El veredicto deja un mensaje claro: la tortura y la impunidad dentro de las fuerzas de seguridad no serán toleradas.
En los próximos días se conocerá la fecha para la audiencia de imposición de penas, donde el tribunal definirá las condenas que deberán cumplir los efectivos ya declarados culpables.
Foto: Diario Río Negro.
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