“Okupas” (2000) fue una apuesta arriesgada que nadie creía que funcionaría. Producida por Marcelo Tinelli como parte de un acuerdo con el COMFER, la serie de Bruno Stagnaro se convirtió en un clásico de culto.
Entre sus personajes más queridos estuvo “El Chiqui”, interpretado por Franco Tirri, un actor cuyo destino fue muy distinto al de sus compañeros Rodrigo de la Serna o Ariel Staltari.
En diálogo con TN Show, Tirri contó su realidad: “Trabajo editando videos de un centro cultural. Grabo obras de teatro o artistas de tango los fines de semana y edito entre semana. A veces también escribo un poco”, explicó.
La situación económica lo obligó a mudarse de vuelta a la casa de su madre y alquilar su departamento en Almagro:
“Somos muchos actores en esta situación. Con lo del centro cultural, el alquiler y la jubilación de mi vieja, entre todos cubrimos los gastos”
Aunque la serie lo marcó, los roles posteriores fueron escasos: “No tuve muchos ofrecimientos. Hice participaciones secundarias o ‘bolos’. Lo mío es más la dirección y el guion, pero es difícil conseguir trabajo”, confesó.
Egresado de la Universidad del Cine (FUC), Tirri sueña con escribir: “Soy guionista y me gustaría trabajar de eso. Hasta espero que Bruno Stagnaro me llame para colaborar en ‘El Eternauta'”, dijo con esperanza.
ADICCIONES, FAMILIA Y EL CAMBIO RADICAL DE NINO DOLCE
El actor también habló de sus problemas pasados con las drogas: “La merca te deteriora. Es demoníaca. Tuve momentos malos, pero hice tratamiento y ahora estoy tranquilo”, reflexionó.
Además reveló la transformación de su hermano Nino Dolce. “Está en Israel, estudia hebreo y arameo. Dejó atrás su etapa de ‘playboy’ y el consumo. Hasta hizo un retiro con ayahuasca en Perú”.
UN LEGADO QUE PERDURA
Mientras “Okupas” sigue siendo un ícono, Tirri representa a esos actores que la fama no rescató, pero que no pierden las ganas de crear. Su historia es la de un artista que sigue peleando, entre alquileres, trabajos temporales y la esperanza de volver a la pantalla.