La mañana del jueves 8 de mayo de 2025, la tranquilidad de la Ruta Provincial 301, a la altura del parque industrial de Lules, Tucumán, se vio abruptamente interrumpida por una escena de caos y peligro.
Un adolescente de 15 años, a bordo de un auto robado, huía de la policía provincial cuando, en un intento desesperado por eludir a sus perseguidores, realizó una maniobra temeraria: intentó adelantar a un camión y se lanzó al carril contrario, impactando de frente contra un Volkswagen Polo y un Fiat Strada en el kilómetro 17,5 de la ruta.
Las cámaras de seguridad de la zona captaron el momento exacto del choque. El impacto fue tan violento que el joven descendió del vehículo con claras señales de dolor, saltando en un pie debido a las fracturas sufridas. Los ocupantes de los otros autos también resultaron heridos, pero, milagrosamente, no se registraron víctimas fatales.
INTERNANDO BAJO CUSTODIA Y UN MENSAJE QUE ENCENDIÓ LA INDIGNACIÓN
Tras el accidente, el adolescente fue trasladado de urgencia a un hospital local, donde quedó internado bajo custodia policial y a disposición de la Justicia. Sin embargo, lejos de mostrar arrepentimiento, el menor utilizó sus redes sociales para publicar un mensaje desafiante y cargado de violencia contra la policía.
“No pasa na. Ustedes seguirán siendo sangre azul. Toda la vida laburarán todo el año completo para recién comprarse una 110, ratas culudas. Muerte a la yuta”, señaló.
El posteo, realizado desde el hospital, se viralizó rápidamente y generó una ola de indignación y repudio en la sociedad tucumana y en las redes sociales. Usuarios y vecinos reclamaron una respuesta judicial firme ante un hecho que, además de poner en riesgo la vida de terceros, fue seguido por una actitud provocadora e irrespetuosa hacia las fuerzas de seguridad y la comunidad.
INVESTIGACIÓN Y DEBATE SOBRE LA IMPUTABILIDAD
Mientras el joven permanece internado y bajo custodia, las autoridades investigan el origen del vehículo robado, las circunstancias exactas de la persecución y la responsabilidad penal que podría recaer tanto sobre el menor como sobre sus tutores legales.
El caso se produce en un contexto nacional de debate sobre la edad de imputabilidad: esta semana, la Cámara de Diputados emitió dictamen para bajar la edad de responsabilidad penal de 16 a 14 años, en respuesta a la creciente preocupación social por delitos graves cometidos por menores.
El episodio en Lules no solo evidenció el peligro de las persecuciones policiales y la vulnerabilidad de las rutas provinciales ante maniobras irresponsables, sino que también puso en primer plano la problemática de la violencia juvenil, la falta de límites y el rol de la Justicia frente a menores involucrados en delitos graves.
