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Cómo son los misteriosos bombarderos B-2 que utilizó Estados Unidos en su ataque a plantas nucleares de Irán

 El gobierno de los Estados Unidos confirmó que una flota de bombarderos estratégicos B-2 Spirit fue utilizada para atacar tres plantas nucleares en Irán.

La operación fue revelada oficialmente por el expresidente Donald Trump al final de la jornada en Washington, luego de que los aviones sobrevolaran el Pacífico en dirección oeste.

La misión apuntó a instalaciones subterráneas sensibles, como las ubicadas en Fordo, Isfahán y Natanz, y marcó un nuevo despliegue operativo de este tipo de aeronaves en la región de Medio Oriente.

Según confirmaron fuentes del Pentágono, los bombarderos partieron desde la base aérea de Whiteman, en Missouri, hacia el teatro de operaciones.

DISEÑO Y PROPÓSITO ORIGINAL

El B-2 Spirit fue desarrollado por la empresa Northrop Grumman durante la Guerra Fría, con el objetivo de contar con un avión capaz de penetrar defensas aéreas altamente sofisticadas y alcanzar blancos estratégicos en territorio enemigo. Su primer vuelo fue en 1989, poco antes de la disolución de la Unión Soviética.

Pese a que en 1995 el Congreso estadounidense analizó la posibilidad de discontinuar el programa, la aeronave fue mantenida en servicio activo debido a su capacidad única de evasión de radares y su potencial como plataforma nuclear.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

El B-2 es una aeronave de gran tamaño y alto poder destructivo. Pesa cerca de 71 toneladas sin carga, pero puede transportar hasta 23 toneladas adicionales de armamento, tanto convencional como nuclear. Tiene una longitud de 21 metros, una altura de 5 metros y una envergadura de 52 metros.

Opera con una tripulación de solo dos personas y puede volar a una velocidad crucero de 870 kilómetros por hora, con una autonomía cercana a los 11.000 kilómetros sin necesidad de repostar.

CAPACIDAD DE ATAQUE SUBTERRÁNEO

La característica más destacada del B-2 es su capacidad de llevar armas diseñadas para objetivos altamente protegidos. En la incursión reciente, la flota habría utilizado bombas GBU-57A/B MOP (Massive Ordnance Penetrator), diseñadas específicamente para perforar estructuras reforzadas.

Estas bombas pueden penetrar hasta 60 metros de hormigón reforzado o 40 metros de roca sólida, y están destinadas a neutralizar instalaciones subterráneas como las de Fordo, un complejo nuclear que ha sido motivo de preocupación para Estados Unidos e Israel.

BASE OPERATIVA Y DESPLIEGUE PREVIO

Si bien el punto de partida de la operación fue Missouri, el Pentágono ya había desplegado anteriormente este tipo de aviones en misiones sobre Yemen, y también desde bases estratégicas como la Isla de Chagos, en el Océano Índico, o Guam, en el Pacífico. Ambas ubicaciones permiten cubrir distancias importantes hacia Medio Oriente sin necesidad de escalas.

UN SISTEMA RESERVADO PARA OPERACIONES CRÍTICAS

Por su tecnología furtiva y capacidad ofensiva, el B-2 sigue siendo una de las herramientas más reservadas de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Su uso implica una decisión de alto impacto político y militar, dado que está asociado a misiones donde se busca neutralizar objetivos estratégicos sin detección previa.

La operación del sábado representa uno de los despliegues más importantes de este modelo en los últimos años, y podría marcar una escalada en las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos e Irán, especialmente en el marco del programa nuclear de Teherán.