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Comodoro enfrenta una crisis sin precedentes: preocupa la caída en la hotelería y la gastronomía

 La ciudad de Comodoro Rivadavia atraviesa una de las crisis más profundas de los últimos años en los sectores hotelero y gastronómico. Así lo advierte Juan Manuel Fernández, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Chubut y miembro de la comisión directiva de la Cámara Hotelera (FEHGRA), quien dialogó con el programa “Buen Día Comodoro” de Seta TV para describir la delicada situación que enfrentan los empresarios y trabajadores del rubro.

UNA CAÍDA ABRUPTA Y SOSTENIDA

“Nosotros ya veníamos detectando desde el año pasado una baja importante en el consumo dentro de los restaurantes y en la hotelería. Con el paso del tiempo, comenzó a disminuir el porcentaje de ocupación”, relató Fernández.

Según sus estimaciones, a principios de este año la caída fue alarmante: “Prácticamente estamos hablando de una baja del 40%. Es decir, estamos trabajando a un 60% de nuestra capacidad. Hay hoteles donde directamente no logran cubrir la cantidad mínima de huéspedes para mantener el hotel en funcionamiento”.

Comodoro Rivadavia ha sido históricamente un destino corporativo, con una demanda hotelera sostenida por las empresas vinculadas a la industria petrolera. Sin embargo, esa realidad cambió drásticamente.

“Hoy por hoy, los hoteles están a un 20 o 30% de ocupación, a veces sube un poco, pero estamos al límite de poder mantenernos. Los socios preguntan qué podemos hacer, qué movida se puede generar. Estamos viendo cómo mantener estructuras muy grandes que en su momento respondieron a un flujo de gente que ya no existe”, explica el dirigente.

RESTAURANTES: MENOS CENAS, PRECIOS CONGELADOS Y UNA CIUDAD VACÍA POR LAS NOCHES

En el sector gastronómico, la retracción del consumo es aún más notoria durante la noche. “En los restaurantes se notó una baja increíble, mucho más en la cena que en el almuerzo. Al mediodía todavía hay movimiento de gente que trabaja en oficinas, pero a la noche, a las 9, Comodoro queda hecha una ciudad fantasma”, describió Fernández.

A pesar de la caída de ingresos, los precios de los menús y las tarifas hoteleras se mantienen estancados. “Hace más de un año que la plaza hotelera en Comodoro tiene un precio viejo. Los gastronómicos no remarcan hace más de dos meses. Los precios se están manteniendo, pero los costos siguen subiendo”, advierte.

El dirigente señala que la carga impositiva es asfixiante y que los costos de los insumos son más altos que en otras ciudades de la provincia. “La gente me pregunta por qué en Comodoro los productos son más caros que en Trelew. Es por el transporte y por la cantidad de impuestos municipales y provinciales que tenemos que pagar acá. Es imposible competir en precios con lugares como La Pampa o Trelew”, argumentó.

A esto se suma el aumento de los salarios y los costos fijos, mientras que los ingresos se reducen a la mitad respecto del año pasado. “Tenemos la misma carga tributaria municipal, provincial y nacional, y ahora se suman incrementos en todos los impuestos nacionales relacionados al personal. El panorama es muy difícil”, lamentó.

ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA Y EL AUGE DE LA INFORMALIDAD

Para enfrentar la crisis, los gastronómicos comenzaron a implementar estrategias de compra colectiva y comparten información sobre precios de proveedores para intentar mantener los costos bajos.

“Armamos un grupo de compras donde comparamos precios de todos los proveedores. Así podemos mantener los precios, pero a veces los insumos se disparan y es imposible sostenerlos”, relata.

Sin embargo, la situación impulsó el crecimiento de la informalidad. “Hay muchísima informalidad en Comodoro. Gente que ha perdido el trabajo opta por poner rotiserías, vender sándwiches o pizzas en la calle, todo sin control. Se entiende la necesidad, pero la falta de formalidad puede traer problemas de salud pública”, advirtió.

EL FUTURO INCIERTO DE COMODORO

La crisis no solo afecta a los empresarios, sino también a los empleados y a toda la cadena de valor del sector. Fernández anticipa que muchos gastronómicos tendrán que cambiar de rubro o directamente cerrar sus puertas.

“Un colega hotelero me dijo: ‘Juan, tres meses más y tengo que cerrar el hotel’. No hay flujo de ventas. Estamos bastante afligidos. Muchos comparan esto con la pandemia, pero es una pandemia silenciosa del consumo”, reflexionó.

El dirigente también señala el impacto social de la crisis: “Ves poca gente en la calle, aumentan los robos por oportunismo, el centro está parado. La gente se está yendo, vendiendo sus casas, no sale”.

Desde la Cámara de Turismo y la Cámara Hotelera, Fernández insistió en la importancia de trabajar en conjunto con el sector público y privado para buscar soluciones, remacando que “nos preocupa la baja del petróleo, los despidos, y que no vemos acciones contundentes de parte de los políticos”.

“Apostamos por Comodoro, amamos esta ciudad y queremos seguir trabajando acá. El mensaje es claro: sentémonos, hablemos, juntemos a los funcionarios públicos y los privados para ver qué podemos hacer para resolver esta situación”, concluyó.