Un tenso y angustiante suceso conmocionó ayer por la tarde a toda la localidad tucumana El Cadillal, cuando una mujer de 42 años, en un aparente estado de crisis, amenazó con matar a sus dos pequeños hijos dentro de su vivienda. Tras una ardua e infructuosa negociación, efectivos policiales especialmente entrenados debieron intervenir con el uso racional de la fuerza para proteger a los menores y garantizar la seguridad de todos los involucrados.
LA DENUNCIA INICIAL QUE EXPUSO GRAVES ANTECEDENTES
La mañana del miércoles comenzó con una alerta en la comisaría local. Un hombre, pareja de la mujer, se presentó para denunciar que ella estaba mostrando conductas agresivas hacia sus hijos.
Los policías iniciaron una investigación preliminar que reveló posibles antecedentes de violencia doméstica en el hogar. Ante la gravedad de la situación, la causa fue remitida al Ministerio Público Fiscal para su seguimiento y acción inmediata.
Dada la seriedad del caso y la necesidad de proteger a los menores, por la tarde se firmó un oficio judicial que ordenaba la intervención de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf). Este equipo, conformado por trabajadores sociales y psicólogos especializados, debía acudir al domicilio acompañado por policías para retirar a los niños y garantizar su bienestar.
Al llegar al domicilio, la situación se tornó crítica. La mujer, al percatarse de la presencia de los especialistas y la intención de retirar a sus hijos, se encerró en una habitación con ellos, blandiendo un cuchillo y profiriendo amenazas. Según relataron testigos y efectivos, gritó frases aterradoras como “Los mataré porque son Lucifer”, evidenciando un posible cuadro de alteración mental.
LA INTERVENCIÓN DE LA POLICÍA PARA EVITAR LA TRAGEDIA
Ante la gravedad del episodio, el comisario Franco Domínguez ordenó la intervención inmediata del Grupo CERO, un equipo de policías entrenados en manejo de crisis y situaciones con personas en trastornos mentales. Los negociadores Carlos Romano y Pedro Reyna activaron el protocolo de crisis, que incluye establecer un perímetro de seguridad y evacuar a vecinos y personas ajenas para evitar riesgos.
Después de varios intentos de diálogo sin éxito, uno de los especialistas logró ingresar a la habitación donde la mujer mantenía a sus hijos. Allí se encontraba la mujer con un cuchillo, su hija de 9 años y un familiar que sostenía a un bebé de meses. Ante la imposibilidad de que depusiera su actitud, los efectivos aplicaron el uso racional de la fuerza, utilizando un escudo especial diseñado para reducir a personas con alteraciones mentales sin causar daños graves.
Gracias a la rápida y profesional intervención policial, los niños fueron liberados sanos y salvos. La mujer fue inmovilizada y trasladada a un centro asistencial para recibir atención médica y psicológica especializada. Las autoridades confirmaron que los menores quedaron bajo la protección de Dinayf mientras se evalúa su situación familiar y se determina el mejor curso de acción para su cuidado.
El episodio generó conmoción en el vecindario, que se movilizó y colaboró con las autoridades durante todo el proceso. Vecinos expresaron su preocupación por la salud mental de la mujer y la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y asistencia en casos de violencia doméstica y crisis familiares.
El comisario Domínguez destacó la importancia de contar con equipos especializados y protocolos claros para enfrentar situaciones de alta complejidad, subrayando que “la prioridad siempre es proteger la vida y la integridad de las personas, especialmente de los más vulnerables como los niños”.
Con información de 0223, editada y redactada por un periodista de ADNSUR