El Hospital Garrahan no solo es un pilar en la atención de alta complejidad pediátrica en Buenos Aires, sino que también cumple un rol fundamental para las provincias del sur del país, como Neuquén y Río Negro, que dependen de este centro para casos médicos que superan la capacidad local.
En lo que va del año 2025, Neuquén derivó 14 pacientes pediátricos al Garrahan. De ese total, nueve provienen del sistema de salud pública y cinco del programa federal Incluir Salud. La mayoría de ellos ya no están internados, pero siguen viajando entre dos y tres veces por año para controles ambulatorios por patologías complejas como enfermedades metabólicas, neurológicas, oncológicas y oftalmológicas.
El sistema público neuquino se estructura en una red escalonada de establecimientos agrupados en siete regiones sanitarias. El hospital de mayor complejidad es el Castro Rendón, ubicado en la capital, que centraliza las derivaciones y cuenta con su propio servicio de hemato-oncología pediátrica. Sin embargo, mantiene una articulación constante con el Garrahan para atender casos específicos que requieren recursos o conocimientos más especializados.
Río Negro: una logística aceitada y mayor volumen de pacientes
La provincia de Río Negro, por su parte, registra una cifra notablemente mayor de derivaciones: 114 pacientes en lo que va del año, de los cuales 74 fueron derivados por el Ministerio de Salud y 40 corresponden al programa Incluir Salud. A esto se suman otros 58 pacientes trasladados por la obra social provincial Ipross.
Río Negro cuenta con un sistema bien articulado para gestionar estos traslados. No solo se encarga de los aspectos médicos y administrativos, sino que también cubre los gastos de traslado, alojamiento y alimentación tanto del paciente como de un acompañante. Además, la Casa de Río Negro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires coordina los desplazamientos internos. En algunos casos, los traslados se realizan incluso mediante avión sanitario.
Seguimiento integral y atención prolongada
Muchos de los pacientes derivados desde Río Negro son niños, adolescentes y jóvenes sin obra social que deben regresar mensualmente al Garrahan para continuar sus tratamientos. Este seguimiento puede extenderse hasta que los pacientes cumplen 22 años, en función de la evolución de sus enfermedades.
Las patologías que motivan las derivaciones son variadas: traumatología, oftalmología, trasplantes, cirugía vascular, oncología, otorrinolaringología, cirugías plásticas y por quemaduras, además de enfermedades poco frecuentes.
La cobertura de Ipross y su compromiso con los afiliados
La obra social Ipross, que también tiene un rol importante en estas derivaciones, garantiza una cobertura del 100% en casos de internación y procedimientos quirúrgicos. Para prácticas no quirúrgicas, cubre el 80%, aunque este porcentaje puede ajustarse según el diagnóstico clínico. Además, ofrece entre el 70% y el 100% de cobertura en materiales quirúrgicos específicos, dependiendo del caso.
El informe reciente de Ipross indica que todos los pacientes pediátricos derivados desde el 1 de enero de 2025 continúan bajo seguimiento especializado y activo en el sistema de salud.
Las ciudades con más derivaciones
En Río Negro, las ciudades que registran el mayor número de derivaciones son Viedma, Bariloche y General Roca, con 13 casos cada una. Les siguen Cipolletti con ocho, San Antonio Oeste con siete, Allen con cinco, El Bolsón con tres, y Río Colorado, Ingeniero Huergo, Chichinales y General Conesa con dos cada una. También figuran con un caso las localidades de Choele Choel, Catriel, Cervantes y Lamarque.
Con información de Diario Río Negro