Este jueves se inaugura una plaza en el barrio Standard Norte Comodoro Rivadavia que lleva el nombre Raúl Ernesto Vidal, un vecino ejemplar que dedicó su vida al servicio del barrio.
En diálogo con ANDSUR, su hijo Ricardo contó cómo surgió este homenaje y qué significa para toda la familia. “Para nosotros es un orgullo enorme”, dice con voz firme pero emocionada el mayor de seis hermanos.
La plaza, nacida de una iniciativa familiar y sostenida por el amor de toda una comunidad, representa mucho más que un lugar de juegos: es un acto de memoria viva y gratitud.
Raúl Ernesto Vidal fue un vecino comprometido, un pionero del barrio que nunca ocupó cargos políticos, pero cuya huella permanece indeleble en las calles que caminó y en los vecinos que ayudó.
“Mi papá siempre colaboró con las uniones vecinales, sobre todo con la de Standard Norte. Siempre que alguien necesitaba algo, él estaba ahí. Fue una persona muy querida, muy generosa, siempre dispuesto”, recuerda Ricardo.
Además de ser un activo colaborador barrial, Vidal fue personal civil de la Fuerza Aérea y participó en tareas de abastecimiento logístico durante el conflicto de Malvinas. Aunque no pisó la isla, su rol fue fundamental en las operaciones de carga y apoyo. Una vida de entrega silenciosa, pero poderosa.
UN PROYECTO QUE NACIÓ DESDE EL CORAZÓN
La semilla de este homenaje fue plantada hace dos años por las hijas de Raúl. “Todo empezó con un pedido de una calle con el nombre de mi papá. Ahí se dieron cuenta que al lado había un terreno vacío, que pertenecía a la zona de Don Bosco. Se les ocurrió hacer una nota para proponer un espacio recreativo con el nombre de él”, relata Ricardo.
Lo que comenzó como un humilde playón deportivo fue tomando forma de plaza gracias al empuje constante de la familia y el acompañamiento de los vecinos. “Todo se gestionó con la municipalidad y con la unión vecinal de Don Bosco. Mis hermanas fueron fundamentales, pusieron el cuerpo, la constancia, el diálogo”, destaca.
La iniciativa creció hasta transformarse en una plaza pública que unificará a tres sectores del barrio: Don Bosco, Fontana y Standard Norte. “Es un símbolo de unión, y eso también nos emociona. No es solo un nombre, es el espíritu de mi viejo latiendo en ese lugar”.
UN RECUERDO QUE SE VUELVE PAISAJE
La emoción es compartida por toda la familia Vidal, que hoy celebra una conquista que nunca imaginó posible. “No esperábamos que de un pedido tan simple surgiera semejante proyecto. Fueron un montón de circunstancias que se dieron de a poco, pero siempre con el empuje de mis hermanas y el apoyo de los vecinos”, señala Ricardo.
“Mi papá era muy querido en la zona, como muchos otros vecinos pioneros que también merecen reconocimiento. Pero que hoy su nombre quede ahí, grabado en una plaza para las futuras generaciones, es algo que nos llena de alegría y de agradecimiento”, agrega.
El barrio gana un espacio verde, y con él, una historia que se vuelve presente. Raúl Ernesto Vidal ya no es solo el nombre de un hombre bueno; es también el de una plaza, un punto de encuentro, un rincón de la ciudad donde los valores de la solidaridad, el compromiso y la memoria se hacen lugar.