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Una provincia patagónica sufre por la caída de la demanda de cebolla en Brasil

 La provincia de Río Negro enfrenta una fuerte caída en sus exportaciones de cebolla en 2024. La Secretaría de Agricultura informó que este año solo el 20% del volumen total producido fue destinado a la exportación, una baja considerable respecto al 30% exportado en igual período de 2023. Brasil, que históricamente absorbe el 90% de la cebolla rionegrina, prácticamente dejó de comprar desde el 31 de mayo, recortando en un 35% los envíos interanuales.

La explicación principal está en la excelente temporada climática brasileña, que permitió una cosecha abundante y de buena calidad en regiones como Santa Catarina, Minas Gerais y San Pablo. Con mayor oferta local, la demanda de cebolla argentina se extinguió semanas antes de lo habitual, lo que generó un cierre anticipado de la ventana exportadora que habitualmente se extiende hasta fines de junio.

LOS NÚMEROS DEL DERRUMBE

Entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2024, Río Negro comercializó 113.229 toneladas de cebolla, de las cuales solo 54.800 toneladas se destinaron a la exportación. En igual período de 2023, los envíos superaban las 85.000 toneladas. A pesar de que la superficie sembrada fue inferior este año (6890 hectáreas contra 7800 del ciclo anterior), el impacto negativo en las ventas externas es evidente.

La comercialización de la hortaliza comenzó con precios que oscilaban entre los 25 y 35 pesos por kilo, y aunque se registró un leve repunte en mayo, la baja demanda desde Brasil terminó por frenar cualquier recuperación sostenida del mercado.

UN MERCADO DEPENDIENTE Y RIESGOSO

Desde la Secretaría de Agricultura de Río Negro advirtieron que “depender de un solo cliente o mercado es un riesgo demasiado grande”. La incorporación de tecnología en la producción brasileña, junto a la estabilidad climática, redujo drásticamente las necesidades de importación por parte del principal comprador argentino.

“El cultivo de cebolla es el más importante de Río Negro por superficie y valor agregado, pero se deben tomar medidas concretas que amortigüen los vaivenes de precio”, aseguró Lucio Reinoso, titular del área. En su análisis, la planificación de futuras campañas deberá contemplar las proyecciones de demanda internacional, especialmente en años donde Brasil no experimente desastres climáticos.

EL COSTO DE NO DIVERSIFICAR

Brasil produce casi la totalidad de las 1.500.000 toneladas anuales que consume. Pero sus rendimientos son muy sensibles al clima, lo que históricamente le abría la puerta a la cebolla rionegrina entre marzo y junio. Este año, la combinación de cosechas locales saludables y un real devaluado redujo aún más la competitividad argentina, dificultando la colocación de cebolla en ese país.

En este contexto, la diversificación de mercados aparece como una necesidad urgente. Los costos logísticos y la distancia con mercados alternativos limitan el acceso competitivo a otras plazas. Sin una reducción drástica del costo por kilo producido, la exportación a destinos lejanos se vuelve inviable, reconocieron desde el Gobierno provincial.

PLANIFICACIÓN Y COMPETITIVIDAD

En marzo se desarrolló en conjunto con Buenos Aires y el INTA el “XXVI Seminario de Cebolla del Mercosur”, donde se analizó la situación del sector y se propuso trabajar en eficiencia productiva, calidad y reducción de costos como ejes para fortalecer la competitividad. También se debatió la búsqueda de nuevos mercados en Latinoamérica y el mundo, aunque se reconoció que no será fácil.

“El camino es claro: producir más y mejor, con menores costos, para que la cebolla rionegrina sea sostenible en el tiempo. Las decisiones sobre superficie a sembrar deben partir del conocimiento real de los mercados”, cerró Reinoso.