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Celulosa Argentina en default: paralizó todas sus plantas por una millonaria deuda y podría cerrar

 En un contexto marcado por la profundización de una crisis financiera que ya se venía gestando desde hace meses, Celulosa Argentina, una de las empresas emblemáticas del sector papelero del país, decidió paralizar totalmente la producción en sus plantas de Capitán Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires).

Esta medida refleja el severo deterioro del capital de trabajo y la imposibilidad operativa que enfrenta la compañía, controlada por Tapebicuá Investment Company, cuyo pasivo financiero asciende a unos 128 millones de dólares.

Por ahora, sólo se realizan tareas de mantenimiento menor, sin producción activa, mientras la compañía busca alternativas para evitar el cierre definitivo.

CELULOSA ARGENTINA EN CRISIS: NEGOCIACIONES FRUSTRADAS Y RIESGO JUDICIAL

Desde mayo pasado, la empresa está en default tras incumplir con pagos de obligaciones negociables y cheques diferidos por decenas de millones de dólares. En junio, Celulosa Argentina presentó a la Comisión Nacional de Valores un plan para reestructurar una deuda total de 128 millones de dólares.

La propuesta contempla postergar pagos por dos años, reducir tasas de interés y priorizar a acreedores externos por encima de los accionistas. Sin embargo, esta iniciativa no logró el apoyo suficiente entre los principales acreedores.

La falta de acceso a nuevos fondos ha derivado en un pedido de quiebra promovido por Tecmaco Integral S.A., proveedor que reclama una deuda cercana a 53 millones de pesos. Al agotar todas las vías extrajudiciales, Tecmaco busca la intervención judicial que podría imponer la pérdida de autoadministración de Celulosa Argentina. Un eventual fallo de quiebra derivaría en la designación de un síndico y el inicio de la liquidación de los activos, lo que pondría en peligro la continuidad de la compañía.

BAJAS VENTAS Y TENSIÓN LABORAL QUE AFECTAN A CELULOSA

El deterioro operativo es producto de una caída prolongada de las ventas internas, cercana al 30%, y del aumento de costos en dólares, agravados por la incertidumbre macroeconómica nacional. Aunque las exportaciones aumentaron un 104%, este crecimiento no fue suficiente para compensar la caída del mercado interno ni los elevados costos fijos, generando pérdidas millonarias reflejadas en el último balance.

La crisis también afecta a los trabajadores. En la planta de Capitán Bermúdez, empleados de vigilancia privada llevaron a cabo protestas por salarios y aguinaldos impagos, lo que tensiona el diálogo sindical y genera preocupación en la comunidad por el futuro laboral. La situación social se añade a un panorama ya complicado por la paralización y la amenaza judicial.

Para intentar revertir el cuadro, la empresa contrató a la consultora VALO Columbus, especializada en banca de inversión, con el fin de diseñar un plan integral de reestructuración y buscar nuevos socios inversores que permitan recuperar la liquidez. No obstante, el plazo para lograr un acuerdo definitivo con los acreedores se acerca sin avances concretos.

El porvenir de Celulosa Argentina es incierto. La combinación de dificultades financieras, problemas operativos y tensiones sociales plantea un desafío mayúsculo para la empresa y sus empleados, cuyo destino dependerá de las decisiones que se tomen en las próximas semanas para evitar la sentencia judicial irrevocable que podría significar la liquidación definitiva.