En medio de un panorama económico complejo, el Gobierno argentino encara una semana de máxima relevancia en su relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La aprobación del directorio del organismo internacional sobre la primera revisión del programa económico es clave para destrabar un desembolso de 2,000 millones de dólares que brindaría un alivio financiero urgente.
A esta instancia se suma un vencimiento de unos 835 millones de dólares correspondientes a intereses y comisiones de la deuda contraída con el FMI en 2018, que deberá hacerse efectivo el próximo viernes. En un contexto marcado por reservas internacionales bajas y una economía volátil, estos movimientos se observan con preocupación tanto desde el Ejecutivo como desde los analistas económicos.
El pasado jueves 24 de julio, el personal técnico del FMI y las autoridades argentinas alcanzaron un acuerdo sobre la primera revisión del programa de reforma económica firmado en abril. Este acuerdo técnico sienta las bases para que el directorio ejecutivo del Fondo apruebe formalmente el plan y autorice el desembolso de los dólares, equivalentes a 1529 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG).
Esta aprobación es esperada con expectativa por parte del Gobierno, que buscará contar con ese flujo de fondos para fortalecer las reservas internacionales y afrontar los compromisos financieros de los próximos meses previos a las elecciones.
Además de la revisión, Argentina deberá enfrentar este viernes 1° de agosto el pago de 835 millones de dólares al FMI, correspondientes a intereses y comisiones. Este compromiso se suma a un calendario financiero complicado y se da en un marco de reservas escasas, situación que el propio Fondo monitorea con atención.
En un reciente informe, el FMI advirtió que la meta de acumulación de reservas no se cumplió en junio, lo que generó preocupación sobre la sostenibilidad del programa. Según el análisis de la consultora LCG, las compras en bloques del Tesoro que totalizaron 900 millones en dos meses fueron un gesto para cumplir con el Fondo, aunque las reservas brutas acumulaban una caída de 1400 millones respecto a junio.
Según consultoras y analistas, pese a los esfuerzos realizados, no se logró cumplir con la meta de acumulación de reservas netas en junio, y la brecha con el objetivo previsto para septiembre supera los 5000 millones de dólares. Además, aseguran que para alcanzar esos objetivos, el Tesoro debería acelerar las compras y la colocación de deuda en dólares durante los próximos meses, justo en un momento en que la oferta de divisas se verá reducida por factores estacionales y el fin de la liquidación de la cosecha agrícola.
Este panorama, según los especialistas, anticipa un escenario de presión cambiaria sostenida, con una intervención continua del Banco Central en los mercados futuros y niveles altos de tasas reales en pesos, situación que podría mantenerse hasta las elecciones.
En cuanto a las opciones para cubrir la brecha, desde la consultora LCG sostienen que el Gobierno podría recurrir a la emisión de más deuda, la venta de activos públicos o incrementar las compras tanto del Tesoro como del Banco Central. Sin embargo, advierten que la oferta de dólares, limitada por menores liquidaciones, podría generar nuevas tensiones en el mercado cambiario, complicando aún más la situación financiera a corto plazo.
Con información de TN, redactada y editada por un periodista de ADNSUR