El Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, puso fin a un programa que promovía la proyección de películas dentro de las cárceles.
“La gestión del INCAA discontinuó ‘Cine en Cárceles’, un programa de la administración anterior que, sin conexión con el objetivo institucional, drenaba millones de pesos anuales del Tesoro Nacional”, comunicó la institución a través de sus redes sociales.
En un breve texto, sus autoridades señalaron que la decisión está vinculada a la búsqueda del superávit y la eliminación de programas que no estén directamente vinculados con el objetivo del INCAA.
“Esta acción directa, en línea con el mandato de ahorro y cuidado del contribuyente que nos condujo al superávit, asegura que los fondos se destinen exclusivamente a la promoción del talento y la producción audiovisual argentina. El INCAA deja de ser un “agujero negro” para ser eficiente y enfocado”, afirmaron.
EN QUÉ CONSISTÍA EL PROGRAMA
El programa “Cine en cárceles” funcionaba desde 2017 y tenía como objetivo garantizar el derecho a la cultura de las personas privadas de su libertad. “Sólo tienen restringido el derecho ambulatorio, por lo que deberían poder gozar del resto de los derechos en plenitud”, explicaba Camilo Moreira Biurra, encargado del programa, en diálogo con Tiempo Argentino en marzo de este año, cuando el recorte de viático ya ponía en riesgo la continuidad del ciclo.
Biurra señalaba que la iniciativa buscaba brindar herramientas a los detenidos para cuando recuperaran su libertad. “Entendemos a la cultura desde una dimensión amplia. En el caso del cine, esto implica tanto poder gozar de una película así como también ser parte de ella a través de la reflexión, en un proceso en donde se va resignificando la obra audiovisual”, afirmaba.
Las películas no sólo se proyectaban en cárceles, sino también en alcaidías. En los años en los que funcionó, el programa visitó Trelew y Rawson, dos ciudades de Rawson que cuentan con institutos penitenciarios.