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Encontró a su mamá en una aplicación de citas, le escribió y descubrió el mayor secreto de su familia

 En la era digital, las relaciones familiares y personales pueden tomar giros inesperados, y la historia de Nahuel es un claro ejemplo de ello.

Todo comenzó como una tarde común de navegación en Tinder, la popular aplicación de citas, cuando Nahuel, un joven común y corriente, se topó con un perfil que jamás imaginó encontrar: el de su propia madre. Lo que siguió fue una serie de revelaciones que no solo sacudieron su mundo, sino que también pusieron en evidencia las complejidades y adaptaciones de las familias modernas en tiempos difíciles.

EL ENCUENTRO INESPERADO QUE DESTAPÓ UNA CONFESIÓN

El joven estaba revisando perfiles en la mencionada red social, quizá buscando conocer gente nueva o simplemente por curiosidad, cuando de repente vio el perfil de su mamá. La sorpresa fue tal que no dudó en tomar una captura de pantalla y enviársela directamente a ella, con una pregunta que reflejaba su desconcierto: “¿Qué hacés en Tinder? ¿Qué pasó con papá?”.

La respuesta de su madre fue clara y directa, pero también inesperada: “Hola Nahu, ¿qué haces buscando mujeres de la edad de tu mamá? Con tu papá estamos separados”. Esta frase fue solo el comienzo de una conversación que revelaría mucho más que una simple separación.

Nahuel, aún incrédulo, preguntó si sus padres no vivían juntos, a lo que su madre explicó que sí, pero que la razón era económica: “Sí, pero porque no nos alcanza para irnos a vivir por separado”. La realidad económica del país y las dificultades financieras obligaban a esta familia a mantener una convivencia poco convencional.

La madre continuó explicando que la relación romántica con su padre había terminado hace cinco años, pero que desde entonces mantenían otro tipo de vínculo, probablemente basado en la convivencia y la cooperación mutua para sostener el hogar y la familia.

EL MISTERIO DEL “TÍO” QUE VIVÍA EN SU CASA Y LA EMPLEADA

La conversación tomó un giro aún más inesperado cuando Nahuel preguntó por su tío, un hermano de su madre con quien se había reencontrado años atrás y que también vivía en la misma casa. La madre le pidió que pensara un poco y le recordó que el tío se había mudado hacía ya cuatro o cinco años.

Fue entonces cuando Nahuel tuvo una revelación impactante: “Noooooo!!! ¿¿¿qué??? ¿No era tu hermano?”. La madre le explicó que, en realidad, el “tío” no era solo un hermano, sino también la pareja de ella. Esta confesión dejó a Nahuel completamente en shock, enfrentándose a una realidad familiar mucho más compleja y poco convencional de lo que había imaginado.

Nahuel, aún procesando la información, preguntó si su padre sabía que el “tío” era en realidad la pareja de su madre. La respuesta fue sorprendente: “Siempre lo supo y nunca le molestó ni a él ni a Rosita”.

Precisamente, acá apareció otro nombre clave en esta historia: Rosita, la mujer que Nahuel creía que solo era la empleada doméstica de la casa.

La madre aclaró que Rosita era, en realidad, la pareja de su padre. Esta revelación añadió una nueva capa a la dinámica familiar, mostrando una convivencia en la que varias parejas y vínculos afectivos coexistían bajo el mismo techo, no por elección romántica tradicional, sino por necesidad económica y apoyo mutuo. “No podemos pagar expensas ¿y vamos a tener mucama? Avispate”, señaló la mujer.

LA REALIDAD ECONÓMICA DETRÁS DE LA CONVIVENCIA

Nahuel, confundido, preguntó por qué su madre, teniendo pareja, seguía buscando en Tinder. La respuesta fue honesta y pragmática: “Lo mismo que vos”. La madre explicó que la situación económica del país los obligaba a buscar nuevas formas de relacionarse y de sostenerse emocionalmente, más allá de las estructuras familiares convencionales.

Cuando Nahuel insistió sobre la situación del “tío”, la madre comentó que también se habían separado, pero que seguía viviendo en la casa por razones económicas. “Por cómo está el país necesitamos de su aporte económico. Y además de un quinto integrante, por eso estoy en Tinder”, concluyó.