La acumulación de nieve en las zonas cordilleranas del oeste de Chubut viene cayendo de forma sostenida desde 2021, con una pérdida estimada de hasta medio metro por año. Así lo reveló el meteorólogo y docente en Climatología de la Universidad Nacional de la Patagonia, Walter Maza, quien atribuyó el fenómeno a cambios estructurales del régimen climático en la región.
“El retroceso en la acumulación nival se está profundizando. Empezó con 30 centímetros por año y en los últimos registros se llegó a perder hasta 50 centímetros de altura por temporada. Es muy preocupante”, señaló el especialista en una entrevista con Actualidad 2.0, por radio Del Mar.
Según explicó, estos valores se midieron en sectores cordilleranos del noroeste provincial y forman parte de una tendencia que no logra revertirse ni siquiera con inviernos más húmedos, como el de 2024. “Ya no alcanza con una buena nevada puntual. Lo perdido no se recupera fácilmente y eso tiene consecuencias directas en la dinámica hídrica de toda la región”, remarcó.
PRONÓSTICOS POCO ALENTADORES PARA EL RESTO DE INVIERNO
De cara a los próximos meses, el panorama no es alentador. Maza advirtió que los 13 modelos climáticos que analiza su equipo de investigación coinciden en que entre agosto y octubre las precipitaciones serán inferiores a lo normal en toda la provincia, especialmente en la zona cordillerana, el centro y la costa.
Además, se prevé que las temperaturas estén por encima del promedio histórico, lo que reduce aún más la posibilidad de acumulación nival. A esto se suma que el fenómeno de El Niño ha entrado en una fase neutra, sin corrientes dominantes que puedan alterar esta proyección.
“Puede haber días con nevadas, pero el volumen acumulado no será suficiente para revertir la pérdida. Y esto ya se viene registrando con fuerza desde hace cuatro o cinco años”, explicó.
TRES METROS MENOS EN EL LAGO COLHUE HUAPI
El retroceso de la nieve tiene un impacto directo en los lagos y ríos que dependen del deshielo. En ese sentido, Maza detalló que el nivel medio del lago Colhue Huapi está hoy tres metros por debajo de su línea de referencia, medido a través de sensores satelitales.
Ese lago recibe agua del Musters, que a su vez se alimenta del río Senguer, un sistema encadenado que depende en gran parte del derretimiento de nieve en la cordillera. “Desde 2008 se viene registrando un descenso progresivo. Pero la caída más pronunciada se dio desde 2020 hasta hoy”, sostuvo.
UNA SEÑAL DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Consultado sobre las causas de esta transformación, Maza vinculó el fenómeno a los efectos del cambio climático global. “A nivel planetario, la pérdida de masas de hielo en los polos es constante. Y en nuestra región, se observa un patrón similar con menos acumulación nival y mayor ocurrencia de precipitaciones líquidas”, explicó.
En términos científicos, aclaró que no se puede atribuir un solo evento climático al cambio global, pero sí se pueden identificar tendencias. “El aumento sostenido de la temperatura media global, producto de la acción humana desde la era industrial, está generando modificaciones en los ciclos naturales”, advirtió.
PRONÓSTICO DE LLUVIA PARA LOS PRÓXIMOS DÍAS EN EL SUR CORDILLERANO
En cuanto a los próximos días, Maza señaló que el pronóstico indica precipitaciones en la cordillera sur de Chubut (departamento de Alto Río Senguer). Si bien se esperan lluvias por encima de lo habitual entre el 18 y el 20 de julio, la probabilidad de que sean en forma de nieve es apenas del 40%, mientras que las precipitaciones líquidas tienen una chance superior al 60%.
Esto refuerza el patrón observado en los últimos años: menos nieve, más lluvia, incluso en zonas que históricamente registraban fuertes acumulaciones níveas. Para el final del mes podrían registrarse algunas nevadas puntuales, aunque todavía no se anticipa que sean significativas en volumen.
MONITOREO URGENTE Y DECISIONES POLÍTICAS
Frente a este panorama, Maza recomendó avanzar en una red de sensores que permita monitorear temperaturas, precipitaciones y niveles de agua en puntos estratégicos de la provincia, una herramienta clave para anticiparse a escenarios de crisis.
“Hoy es posible instalar estaciones meteorológicas automatizadas que no son costosas y pueden brindar datos valiosos para la toma de decisiones. En Patagonia todavía hay un gran déficit de información in situ, y eso nos deja en desventaja frente al cambio climático”, señaló.
El especialista concluyó que la pérdida sostenida de nieve ya no es una hipótesis, sino una realidad mensurable, que exige tanto responsabilidad ciudadana como políticas públicas para planificar un uso eficiente del recurso hídrico en un contexto de transformación ambiental.