Las condiciones climáticas en la región cordillerana preocupan a especialistas por la escasez de nevadas registradas en pleno invierno. A diferencia de otros años, la acumulación de nieve en zonas altas fue baja, lo que podría tener un impacto directo en el caudal de los ríos.
En este marco, José Paredes, geólogo de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) habló con “Buen Día Comodoro” por SETA TV y se refirió al clima cambiante en la región patagónica.
Si bien destacó que en las ciudades costeras las lluvias fueron más frecuentes en los últimos meses, “no es lo mismo lo que está pasando en la zona de la cordillera, que es donde realmente se provee más del 70% del agua que viene después por el río Senguer. Así que esas condiciones, salvo que cambien en agosto, nos van a generar ciertas preocupaciones ya a partir de noviembre se se estima”, aclaró el geólogo.
Paredes explicó que esta situación responde a un cambio en la dinámica climática que se viene registrando desde el año 2000, con inviernos cada vez más cálidos, menor acumulación de nieve y un adelantamiento del deshielo. La preocupación principal es lo que pueda suceder desde septiembre, cuando normalmente se produce el derretimiento natural de nieve que alimenta los ríos, algo que este año podría verse drásticamente reducido.
“Sí, en esta época en general se esperaban más nevadas en la cordillera, no tanto las lluvias, porque son más variables. Pero lo que es importante es que al haber poca disponibilidad de nieve, a partir de septiembre, cuando se espera que el aumento de temperaturas, aumente la descarga de los ríos, eso no va a estar tan asegurado”, advirtió Paredes. “Así que esas condiciones, salvo que cambien en agosto, nos van a generar ciertas preocupaciones, ya a partir de noviembre se estima”, señaló.
“De hecho, los árboles están floreciendo en este momento, que no debería ser, que está cambiando, hay una dinámica de incremento de las temperaturas de invierno. Eso también hace que en vez de que nieve en la cordillera llueva, al llover no se acumula el agua en las zonas altas de la cordillera, sino que directamente va a parar a los ríos. Y entonces la provisión que vendría a ser de primavera y verano no está tan asegurada en este momento”.
EL IMPACTO EN EL VERANO
“Ahora vamos a tener más complicaciones con el tema del agua en el verano ya de lo que habitualmente tenemos”, advirtió el profesional. Y agregó: “Y si no cambia esta tendencia en el mes de agosto, si no se recupera un poco, al menos es probable que sí que tengamos restricciones más fuertes”.
Aunque este es un año “neutro” en términos climáticos globales, es decir, sin la incidencia del fenómeno de El Niño o La Niña, “la realidad es que no está ocurriendo lo que debería pasar en la cordillera”, explicó el especialista.
MENOS NIEVE, MENOS AGUA ACUMULADA
“Nuestra cuenca siempre fue considerada una cuenca con deshielos primaverales, pero desde el año 2000 en adelante esa dinámica se fue cambiando. Se fue modificando el momento en el que empiezan a deshielar, que se va adelantando. Antes era fines de septiembre y ahora es a principio de septiembre y eso hace que en realidad el tiempo de nevada sea más corto y el tiempo de lluvia es más largo. Entonces, eso impide que se acumule nieve en la cordillera y eso entonces cuando viene el deshielo no es tan importante”.
Paredes también señaló que la falta de datos en tiempo real complica el monitoreo constante de la situación. “Nosotros revisamos todos los datos que hay disponibles en la Argentina, en tiempo más o menos real. No hay datos en tiempo real acá en la cuenca. Algunos datos están disponibles, la mayor parte no, a tiempo, año vencido. Y sobre eso uno va viendo cuáles han sido las dinámicas que están ocurriendo, pero más que los datos concretos que de la gente que está en el lugar y que cuenta lo que está pasando, nosotros nos enteramos tarde”.
Además, resaltó que “el problema cuando hay déficit de agua en general en la cuenca es que los usuarios tratan de acumularlo para ellos. Siempre va a pasar eso cuando hay escasez, cada uno intenta tomar lo que le corresponde o lo que considera que le corresponde. Y entonces ahí es muy importante que haya un control del Estado para ver de qué manera se regula ese poco caudal que va a haber aparentemente en los meses de verano”.
DIFERENCIAS CLIMÁTICAS Y CONTROL DE RECURSOS
“Nosotros no percibimos este tipo de sequía, lo vimos por las temperaturas más altas en invierno, pero vimos que llovió bastante acá en la costa, pero más que nada influenciado por las lluvias que vienen del océano Atlántico. En cambio, lo que está ocurriendo, lo que ocurre en la cuenca del Senguer está muy regulado por lo que pasa en el océano Pacífico”.
“Si eso se reduce mucho, no es una cosa que vamos a sentirlo en el momento, pero cuando en la primavera vamos a percibir que los ríos traen menos agua que lo que deberían”.
LAS POSIBLES NEVADAS EN LA ZONA CENTRO Y SUR DE CHUBUT
“Aparentemente está toda la zona del centro y sur de Chubut, se prevé que va a haber nevadas fuertes o nevadas importantes. Así que bueno, veremos qué magnitud tienen también”.
“Nosotros podemos tener una percepción diferente porque como ha llovido bastante en el invierno y en el otoño y si hay nevadas acá podemos ver que todo está bastante verde, como quien dice en primavera, pero en realidad la dinámica del Senguer no está respondiendo a lo que nosotros vemos en los alrededores, sino a lo que pasa en la cordillera”.
LA IMPORTANCIA DEL CONTROL ESTATAL
Ante los problemas de agua, Paredes señaló que “ahí hay un tema que es de control humano y de racionalización, si se quiere, que ya es una dinámica que estamos acostumbrados. Y bueno, si ahora se suma una componente natural que no controlamos, va a haber que tomar algunas decisiones. En principio ver de qué manera se regula la cantidad de agua que se deriva para riego en la zona del Alto Río Senguer y Sarmiento y lo que se consume para uso humano, digamos. Ya esos valores, las cantidades están establecidas, ya están fijadas y lo que queda ahora es saber qué se hace con esos datos. Eso lo tienen que tomar los decisores, dentro de la cuenca del Senguer”.