La lucha docente en las universidades nacionales continúa. Tras una semana completa de paro entre el 11 y el 17 de agosto, los docentes universitarios anunciaron un nuevo tramo de medidas de fuerza que se extenderán hasta septiembre.
La CONADU Histórica, federación que nuclea a los gremios docentes de las 57 universidades públicas del país, confirmó la realización de jornadas de paro de 48 horas con días rotativos.
El reclamo central se mantiene: recomposición salarial que recupere el poder adquisitivo perdido y condiciones laborales dignas para el sector. Según explicaron, los salarios están por debajo del costo de vida. Actualmente, la canasta básica total asciende a más $1.100.000, y gran parte del personal universitario no alcanza ese umbral.
Por ejemplo, un cargo auxiliar con dedicación exclusiva (40 horas semanales) percibe un salario básico de $743.063, mientras que un/a docente preuniversitario/a en el rol de preceptor/a (25 horas semanales) cobra $636.074. Ambos montos quedan muy por debajo de lo necesario para cubrir gastos básicos en la Argentina actual.
La falta de respuestas concretas por parte del Gobierno nacional profundiza el conflicto y pone en tensión el normal desarrollo de las actividades académicas.
CRONOGRAMA DE JORNADAS DE PARO
Las jornadas de paro de 48 horas serán en días rotativos y se desarrollarán en las siguientes fechas:
* Miércoles 21 y jueves 22 de agosto
* Lunes 26 y martes 27 de agosto
* Domingo 1 y lunes 2 de septiembre
Estas medidas afectarán a todas las universidades nacionales del país, comprometiendo el dictado de clases y otras actividades vinculadas a la enseñanza, investigación y extensión universitaria.
Cabe recordar que la protesta universitaria se da en un escenario donde distintos sectores del ámbito educativo y científico han expresado preocupación por el impacto del ajuste fiscal, la paralización de obras, la caída en becas y el congelamiento de partidas. En ese marco, la docencia universitaria busca coordinar acciones con otros sindicatos y organizaciones del sector público.
En este contexto, desde el gremio docente aclararon que peligra la continuidad del ciclo académico 2025. En tanto, mencionaron que desde que asumió Milei, los salarios docentes universitarios y preuniversitarios sufrieron la mayor caída en la historia.
Asimismo, hubo 10.000 renuncias y quedan vacantes sin cubrir. Por lo tanto, “el sistema universitario está en riesgo de paralizarse”.
CUÁNTO NECESITÓ UNA FAMILIA PARA NO CAER EN LA POBREZA EN JULIO DE 2025
El costo de vida continúa presionando sobre los ingresos de los hogares argentinos. De acuerdo con el último relevamiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el precio de las canastas básicas volvió a registrar subas en julio, en línea con la inflación general del mes.
La Canasta Básica Total (CBT), que incluye alimentos, vivienda, transporte, salud y otros gastos esenciales, aumentó 1,9% respecto de junio. En términos interanuales, se incrementó 27,6%, mientras que en lo que va del año acumula un alza del 12,2%.
En cifras concretas, una familia tipo —compuesta por dos adultos y dos menores— necesitó $1.149.353 para no ser considerada pobre. Para no caer en la indigencia, el mismo hogar debió reunir $515.405, según el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
El informe también detalla el ingreso mínimo para otros tipos de hogares: tres integrantes requirieron $915.019 para la CBT y $410.322 para la CBA, mientras que una familia de cinco miembros precisó $1.208.866 para la CBT y $542.093 para la CBA. Esto sugiere que el costo de los bienes y servicios esenciales aumentó, pero a un ritmo algo menor que el promedio general de la economía.
La CBA, que mide el umbral de indigencia, también registró una subida mensual del 1,9%. En comparación con julio de 2024, el aumento fue del 27%, y en el acumulado de 2025 llegó al 14,7%. Este indicador refleja el costo mínimo de una dieta básica para un hogar, sin considerar otros gastos.
Si bien ambas canastas crecieron al mismo ritmo que el IPC de julio, quedaron por debajo en la comparación interanual (36,6%). Esto indica que, aunque los bienes y servicios esenciales siguen encareciéndose, lo hacen a un ritmo algo menor que el promedio de la economía.
La CBT incluye alimentos, pero también contempla otros rubros como vivienda, salud, transporte, educación y esparcimiento, mientras que la CBA se limita exclusivamente a la alimentación indispensable para cubrir las necesidades calóricas y proteicas de las personas.