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Un reconocido supermercado despidió a trabajadores con antigüedad que denunciaron “malas condiciones”

 En la ciudad de Caleta Olivia, la sucursal de Diarco se convirtió recientemente en escenario de un fuerte y emblemático reclamo sindical que visibiliza conflictos profundos entre la gerencia y su personal.

El motivo del enfrentamiento fue la notificación de despido a tres trabajadores con antigüedad, quienes desempeñaban sus tareas en la sucursal desde hacía varios años. La medida generó una gran movilización y la intervención directa del Centro de Empleados de Comercio (CEC), que expresó su más enérgico repudio a lo que considera prácticas sistemáticas de hostigamiento laboral.

DENUNCIAS POR HOSTIGAMIENTO EN UN HIPERMERCADO DE CALETA OLIVIA

En diálogo con El Caletense, Ezequiel Escobar, delegado local del CEC en Caleta Olivia, manifestó su profunda preocupación y denunció públicamente las maniobras que, a su juicio, la gerencia viene implementando contra los empleados.

Según Escobar, la administración apunta a “acumular sanciones disciplinarias para justificar despidos con causa”, un mecanismo que, según el dirigente, evidencia la intención de deshacerse de trabajadores que llevan años en la empresa bajo argumentos legales que han sido cuestionados en múltiples ocasiones.

“Están buscando causal para poder juntar cierta cantidad y así poder llevar adelante el despido con causa, llevando adelante sanciones disciplinarias que no son legítimas”, afirmó Escobar. Esta situación generó un clima de tensión y alarma entre el personal, que percibe que cualquier reclamo o crítica puede derivar en represalias.

LA FALTA DE CALEFACCIÓN, UN PROBLEMA SIN SOLUCIÓN

Pero el conflicto no se reduce únicamente a los despidos. Desde el sindicato también se denuncian serias falencias en las condiciones de trabajo que reflejan un abandono en el cuidado del bienestar laboral. Uno de los principales motivos de queja recurrente es la falta de calefacción durante la temporada invernal, un problema grave considerando el clima frío característico de la región.

Según relatan los trabajadores y el delegado sindical, esta demanda histórica nunca fue atendida por la empresa. “Discutíamos la falta de calefacción y la respuesta de parte de la gerencia era que en ese lugar no hacía frío. En lugar de resolverlo, comenzaron a sancionar a los trabajadores que reclamaban”, indicó Escobar, apuntando a una actitud negligente y represiva que desestimó la salud y el confort de los empleados.

Esta situación no solo afecta la calidad de vida de quienes desempeñan sus labores en la sucursal, sino también su salud, su ánimo y su seguridad en el ambiente de trabajo.

Frente a la escalada del conflicto, las denuncias fueron elevadas a la gerencia regional de Diarco y al Ministerio de Trabajo, que intervino oportunamente. La autoridad laboral notificó a la empresa para que adopte las medidas necesarias para corregir las irregularidades denunciadas.

Luego de un paro y varias manifestaciones de los trabajadores, se logró instar a la firma a aceptar una conciliación no obligatoria, solicitada por la propia empresa. Este recurso produjo un efecto inmediato: la rescisión de los despidos y la reincorporación de los tres empleados afectados.

No obstante, el cierre del conflicto está lejos de concretarse. Ambas partes deberán volver a reunirse este jueves en una nueva instancia de negociación. La expectativa está puesta en que se alcance un acuerdo que no solo garantice la estabilidad laboral de los trabajadores, sino también la mejora de las condiciones de trabajo.

Desde el sindicato, el comunicado no deja lugar a dudas respecto al clima que todavía persiste: “Desde el CEC siempre buscamos el diálogo, pero en este caso nos vienen cerrando las puertas”, advirtió Escobar, marcando la frustración que siente el gremio ante la falta de apertura y voluntad de la empresa para resolver el conflicto de manera consensuada.

Por otro lado, remarcó que los empleados despedidos no son trabajadores temporales o poco conocidos, sino que tienen una trayectoria laboral que supera ampliamente los ocho años de antigüedad en la empresa, lo que añade peso a la reivindicación de que sus despidos son injustificados y arbitrarios.