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“Gonzalo no tuvo justicia”: A un año del crimen, Noelia Alderete recuerda a su hijo y cuestiona el sistema legal

 A un año del hecho que conmocionó a una ciudad entera, Noelia Alderete, mamá de Gonzalo Güenchur, decidió hablar públicamente sobre el dolor, la ausencia y el vacío que dejó el crimen de su hijo. Pero también sobre la fuerza que la sostiene: el acompañamiento de la comunidad, la memoria activa y la esperanza de que algún día el sistema legal pueda cambiar.

En diálogo con ADNSUR, Noelia abrió su corazón y relató cómo vivió este 21 de mayo, una fecha marcada para siempre por la tragedia. “Costó empezar el día”, confiesa. “Una de las cosas que me motivó fue la llamada de algunos periodistas. Fueron los que me acompañaron todo este tiempo, así que también eso se agradece. Trato de estar para dar las palabras”.

El día estuvo lleno de emociones difíciles. Uno de los momentos más duros, relata, fue cuando su hija menor volvió del colegio. “Dijo que se había acordado de la escuela hasta que llegó a casa. Fue un momento muy difícil”, expresa Noelia con la voz entrecortada.

El aniversario de la muerte de un hijo no es una fecha más. Obliga a mirar atrás, a repensar lo vivido, y a muchas veces revivir el dolor. “Fue como que me obligué a hacer un balance de todo lo que pasó. Fue algo que movilizó a toda la ciudad, y hubo cosas que se tuvieron que mejorar, como la seguridad. En lo personal, veo que han mejorado bastante el tiempo y la dedicación que se le puso al caso de Gonzalo”.

Sin embargo, el dolor por la falta de justicia sigue intacto. Noelia es tajante al respecto: “no hay términos medios: o se aplican las leyes y obtenemos justicia o no. Y en este caso Gonzalo no tuvo justicia. El chico que lo mató era menor. Y entonces, nada. De acá en adelante solo queda esperar que algún día se pueda aprobar una ley que cambie eso. Aunque ya no alcance para Gonzalo”.

Y agrega una reflexión profunda y cruda: “lo legal no siempre es justo. Parece que la ley siempre busca justicia, pero en este caso lo legal termina siendo profundamente injusto”. Durante la jornada, Noelia recibió muestras de apoyo y afecto de familiares, amigos y vecinos, que siguen acompañándola como lo hicieron desde el primer día. También pensó en distintas formas de conmemorar la fecha.

“Pensé en hacer un pasacalle o algo simbólico. Este año Gonzalo iba a cumplir 18 años, iba a egresarse… había muchas cosas para festejar, pero tenemos que conmemorar su aniversario. Es durísimo”. Finalmente, decidió realizar un vivo en su cuenta de Facebook para agradecer y compartir su historia. “Separé este tiempo para agradecer a todos los que estuvieron, y también para hablar un poquito sobre Gonzalo y analizar la situación que nos tocó vivir. La comunidad merece ser reconocida cuando acompaña así”.

En medio del dolor, Noelia encuentra formas de mantener viva la memoria de su hijo con amor y luz, a través de la música, los chistes, las fotos y hasta conversaciones íntimas con él. “Tenemos un cuadro que nos regalaron donde está pintado Gonzalo, y a veces le hablo como si estuviera acá. Nos reímos. Lo recordamos bien. No es algo que estamos sufriendo continuamente. Lo recordamos con amor”.

Incluso en los momentos más duros, como cuando sueña con él. “Soñé con Gonzalo y me desperté en la madrugada llorando, dándome cuenta de que él no está. Y en ese momento apliqué todo lo que aprendí: ayuda psicológica, herramientas espirituales. Me calmé. Me dije: con Gonzalo soñé, pero ahora hay que seguir”.

A lo largo del año, Noelia visitó dos veces el cementerio para hablar con su hijo. En ambas ocasiones, buscó respuestas y fuerza para seguir. “Le pedí que me ayude, que me dé las fuerzas para hacer las cosas bien. No quería ser egoísta. Quiero que esto me sirva para mejorar, para que algo cambie”.

La historia de Gonzalo Guenchur no solo interpela al sistema de justicia juvenil, sino que también desnuda una herida social más amplia. Su madre lo honra con coraje y convicción, transformando el dolor en memoria activa y en un reclamo que todavía espera una respuesta concreta.