La fiscalía federal dirigida por Eduardo Taiano investiga una presunta red de apoyo logístico y falsificación de documentos que habría operado desde Viedma, en la provincia de Río Negro, facilitando durante al menos diez años la actividad encubierta de agentes rusos en Argentina.
Según la causa, al menos ocho personas vinculadas a la inteligencia de Rusia habrían ingresado y vivido en el país entre 2012 y 2022 gracias a esta estructura.
El foco de la investigación está puesto en la posible emisión de documentos de identidad fraudulentos en Viedma, entre ellos los utilizados por los ciudadanos rusos Artem Dultsev y Anna Iudina, quienes se instalaron en Argentina usando las identidades falsas de “Ludwig Gisch” y “María Rosa Mayer Muños”.
Dultsev e Iudina vivieron en Argentina haciéndose pasar por un matrimonio extranjero. Tuvieron residencia en la Ciudad de Buenos Aires, aunque parte de su correspondencia llegaba a Viedma. Incluso llegaron a participar en las elecciones legislativas de 2013. Fueron detenidos recién en 2023 en Eslovenia, cuando ya estaban cumpliendo una nueva misión en Europa del Este.
EL ROL DE VIEDMA
Durante su estadía, Dultsev, bajo la identidad de Ludwig Gisch, aparentaba trabajar en el sector tecnológico, mientras en realidad realizaba tareas de inteligencia para el gobierno ruso. Aunque vivía en Buenos Aires, contrató a un estudio jurídico de Viedma para recibir allí su correspondencia durante más de un año.
Informes de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC) y de la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (UFECO) revelaron que los agentes obtuvieron documentos argentinos a través de maniobras fraudulentas realizadas en esa ciudad. En el caso de Dultsev, habría accedido a la identidad de Gisch gracias a un certificado de defunción falsificado, lo que le permitió obtener ciudadanía argentina.
IMPLICADOS BAJO LA LUPA
El fiscal Taiano solicitó investigar al funcionario Fabián Horacio Gutiérrez, quien tramitó esa documentación. También están siendo investigados su esposa, la ciudadana ucraniana Olga Alexandrivska, y el argelino Ali Kherchi, sospechados de haber colaborado en la obtención de documentos falsos y en la logística que permitió la permanencia de los agentes.
De acuerdo con los documentos oficiales, los espías vivieron durante años sin levantar sospechas, adaptándose sin inconvenientes al sistema argentino. Uno de ellos incluso llegó a participar en los comicios legislativos.
Además de Dultsev e Iudina, la fiscalía detectó a otros seis agentes con posibles vínculos con la misma red. Se trata de Alexander Verner, Olga Koloba, Denis Sergeev, Vladimir Ochatov, Irina Bain y Andrei Zuev, todos relacionados con el GRU, el servicio de inteligencia militar ruso.
Según la información publicada por La Mañana Neuquén, estos individuos compartieron vuelos o domicilios con Gutiérrez y Kherchi. Los pasaportes de los sospechosos presentaban números similares a los de otros agentes rusos identificados en Europa, lo que refuerza la hipótesis de una operación internacional coordinada.
AVANCE DE LA CAUSA
Gutiérrez afirmó que desconocía el origen ilegal de los documentos y negó tener relación directa con el Registro Nacional de las Personas (Renaper). Su defensa y la de los otros implicados intentan demostrar que actuaron sin saber que estaban colaborando con espías.
El fiscal Taiano pidió al juez Sebastián Ramos que autorice levantar el secreto bancario, bursátil y digital de los acusados, así como acceder a sus registros telefónicos y actividades en plataformas como WhatsApp, Mercado Libre y PayPal. El objetivo es obtener pruebas que confirmen la presunta comisión de delitos como falsificación de documentos, encubrimiento de actividades de espionaje y, potencialmente, traición a la patria.