Carrefour, el emblemático gigante de la distribución minorista en la Argentina, atraviesa uno de los momentos más trascendentales desde su desembarco en el país en 1982. La compañía, que hoy emplea a unas 17.000 personas y administra más de 680 sucursales dispersas en casi todas las provincias (con ventas que anualmente rondan los 6.000 millones de dólares), ha decidido poner en revisión su operación local y abrió oficialmente la puerta a una venta total o parcial, o asociación estratégica con inversores locales.
La decisión responde a un cambio profundo en la estrategia de la casa matriz en Francia, que en el primer semestre de 2025 delegó al Deutsche Bank la evaluación y el proceso de búsqueda de compradores para los activos de la filial argentina.
El objetivo es claro: concentrar inversiones en mercados considerados “core” (Francia, España y Brasil) y desprenderse de aquellos que, como la Argentina, suponen elevados desafíos financieros, riesgos macroeconómicos e incertidumbre para el largo plazo.
CARREFOUR SE VA DE ARGENTINA: UNA OPERACIÓN DE ALTO IMPACTO PARA EL SECTOR
El proceso no implica un retiro inmediato ni pone en cuestión la continuidad operativa ni los empleos del grupo, pero sí representa una de las transformaciones corporativas más significativas para el supermercadismo argentino de los últimos años. En el radar de potenciales compradores aparecen varias opciones de alto perfil que hablan de la magnitud del activo en juego.
Entre los principales interesados figura Inverlat, un fondo local conocido por ser el dueño de la cadena de cafeterías y heladerías Havanna, y que ha comprado franquicias como KFC, Wendy’s y China Wok. Su vocación de diversificación lo llevó recientemente a sectores como energía, real estate y consumo masivo, sumando participaciones en empresas eléctricas y petroleras. Ahora busca sumar a Carrefour como una apuesta mayorista para consolidarse como jugador relevante en los bienes de consumo y servicios.
También se menciona a grupos tradicionales de la distribución local como La Anónima (propiedad de la familia Braun), Changomás (de la familia De Narváez), Mercado Libre y empresarios como Rubén Cherñajovsky —que acaba de adquirir la filial argentina de Procter & Gamble—, aunque estos últimos evaluaron su interés con mayor cautela.
EL INESPERADO REGRESO DE LOS SUPERMERCADOS CHINOS EN ARGENTINA
Sin embargo, uno de los datos más novedosos del proceso es el renovado interés de los supermercados chinos, particularmente nucleados en la cámara CEDEAPSA, que reúne a unos 13.000 autoservicios de capital asiático.
Los llamados “súper chinos” apuntan especialmente a los locales de cercanía bajo la marca Carrefour Express, un formato que les quitó una porción significativa de mercado desde su implementación en 2008 y que hoy suma más de 120 puntos de venta en barrios estratégicos de Buenos Aires.
Las familias propietarias de supermercados chinos, curtidas en gestionar negocios en contextos de alta volatilidad económica, perciben en la crisis una oportunidad de resurgir en zonas donde perdieron presencia. De lograr la adquisición, buscarían mantener el modelo de proximidad y el surtido de la oferta original, una jugada que podría revitalizar su participación en el mercado de consumo diario y competir de igual a igual con las grandes cadenas.
POR QUÉ MOTIVO CARREFOUR SE IRÁ DE ARGENTINA
La salida de Carrefour no es una reacción pasional a la crisis argentina de estos años, sino la culminación de una revisión global que ancla en la necesidad de eficientizar recursos y reducir exposición a mercados considerados “no estratégicos”. El negocio local, golpeado por la inflación, la contracción del consumo y la complejidad normativa —la contabilidad bajo IAS 29 obliga a ajustar los balances según inflación—, resultó deficitario en el portafolio global de la multinacional y desencadenó esta transición.
Francia, España y Brasil concentran ahora las mayores inversiones del grupo. En paralelo, Carrefour optó por la permanencia en Rumania sobre la Argentina por su pertenencia a la Unión Europea y mejores perspectivas institucionales. De fondo, se percibe una tendencia que involucra a gigantes internacionales como Walmart, Procter & Gamble y Telefónica, que entre 2020 y 2025 decidieron abandonar o achicar su exposición en la Argentina, reconociendo los límites para sostener negocios rentables en un contexto de alta incertidumbre.
El camino hacia la definición del futuro de Carrefour en Argentina será gradual y puede extenderse durante varios meses o, incluso, más de un año. El primer paso es la valuación exhaustiva de los activos y la confección de una “short list” de candidatos. Luego, abrirá el llamado “data room”, donde los interesados accederán a la información financiera y, finalmente, se recibirán las ofertas técnicas y económicas.
Entre las alternativas posibles están la venta total, la asociación con un socio local bajo participación conjunta, o incluso el fraccionamiento de la red entre distintos inversores; la marca y el personal podrían estar comprendidos, o bien, mantenerse bajo nueva administración.
El desenlace de esta pulseada definirá el nuevo rostro del retail argentino y, sin dudas, servirá de termómetro para medir la confianza de los inversores en la dinámica de negocios del país. El futuro de Carrefour —y de miles de empleados, proveedores y clientes— está en juego y es observado con atención por todo el sector.