Rogelio Hube recibió un cálido aplauso de los vecinos antes de dejar siempre de la oficina de correos de Gualjaina. El trabajador fue despedido por el gobierno de Javier Milei al igual que otros miles de empleados del interior profundo de la Argentina. El edificio de la oficinas era de la Municipalidad y él mismo hacía la limpieza
Rogelio Hube entregó la llave, rodeado de vecinos, se subió a la bicicleta y se despidió para siempre de la estafeta del Correo Argentino de Gualjaina, que el gobierno de Javier Milei cerró como tantas otras que conectaban los pueblos desperdigados a lo largo y a lo ancho del país.
El momento quedó registrado por los mismos vecinos, que llenaron de afecto al único empleado del Correo al que le habían dado un ultimátum para que se vaya por voluntad propia o lisa y llanamente lo echaban.
Este miércoles en que vencía el plazo, los mismos vecinos se acercaron a la estafeta de Correo, se sacaron la última foto que quedará para el recuerdo y le entregaron una placa de homenaje a su labor realizada acercando a las personas.
La oficina del Correo, que pasó a la historia, funcionaba en un edificio que les proveía la Municipalidad, por lo que no generaba gastos, y el mismo Hube, el único empleado, se encargaba de hacer la limpieza, dijo días atrás el intendente Marcelo Limarieri.
Rogelio Hube, después de tantos años, se fue en su bicicleta, con el aplauso de los vecinos, el uniforme limpio, la frente en alto y un carrito vacío.
En lo que va de estos meses, el gobierno de Milei despidió a miles de empleados del Correo Argentino, entre ellos la trelewense Olga Narambuena, madre sola de una niña discapacitada, Javier Villodo (Corcovado) y José Hughes (Trevelin).
Fuente: Diario Jornada